Es muy común que los grupos ateos pongan en tela de juicio todo tipo de contenido bíblico, en este caso la torre de Babel ha sido malinterpretada con el fin de dudar sobre la omnipotencia y existencia de Dios. El asunto es que hay muchos cristianos que escuchan distintas posiciones y llegan a creer que estás temáticas no son más que mitos que han sido repetido durante el transcurso de la historia.
El objetivo de este texto es simplemente explicar desde la base bíblica y arqueológica la existencia de esta famosa Torre que no solo se manifiesta en una construcción sino que tiene un valor histórico trascendental ya que aquí surge el origen de las culturas del mundo.
La torre de Babel en si tiene un significado o representa algo negativo ya que representa la arrogancia, el orgullo y la prepotencia por parte de los hombres. Según las sagradas escrituras la dispersión se debe a un castigo Divino ya que los hombres tenían la intención de construir esa Torre para poder alcanzar el cielo, llegar hasta Dios. Y esto fue considerado por el creador como la mera rebeldía humana promovida por el Rey Nimrod que bajo ningún punto de vista se detenía, ya que buscaba la fama de su nombre.
Sí analizamos Génesis 11 del versículo 1 al 9 podemos comprender el grave pecado de prepotencia humana y a su vez Dios responde a estos actos irracionales con la confusión de las lenguas, generando esto que el plan de construcción sea cancelado.
El relato bíblico ubica esta obra en Babilonia que en aquel entonces era una ciudad muy conocida y prestigiosa. El nombre Babel significa “puerta de los dioses” sin embargo en hebreo esta acción traducida como balal significa “confusión”, debido a que la acción de Dios generada en Babel genera una confusión de lenguas que no les permite a los hombres arrogantes y soberbios completar su obra de llegar a la puerta de los dioses.
La denominada torre en realidad era un “Zigurat”. La historia de la torre de Babel tiene su origen en unos templos de forma escalonada que eran utilizados con el objetivo de honrar a los dioses babilonios.
El reconocido teólogo Michael Heiser explica que los zigurats eran moradas divinas, lugares donde los mesopotámicos creían que el cielo y la tierra se cruzaban. Por lo tanto el propósito de construir esta estructura consistía en traer lo divino a la tierra. La idea de construir la Torre de Babel tenía la clara intención de perpetuar el conocimiento religioso babilónico y sustituir el gobierno de Jehová por el gobierno de los dioses de Babilonia.
La gran pregunta es si en realidad la torre de Babel existió o fue un mito, por lo tanto debemos decir que la ciudad antigua de Babilonia forma parte actualmente de Irak a 100 kilómetros al sur de la Ciudad de Bagdad.
El Arqueólogo alemán Robert Kolde-wey y un grupo de especialistas, entre los años 1899 y 1913, reconstruyeron las ruinas de santiguar Ciudad de Babilonia y descubrieron que en realidad Babilonia era aún más antigua de lo que se preveía, ya que en ese entonces estaban buscando pruebas y objetos del reinado de Nabucodonosor II.
Según los libros de Teología del principio del Siglo 20 (1905) situaban al tema de “La Torre de Babel , confusión de lenguas” en el año 2633 a.C en los estudios del Antiguo Testamento.
Con el paso del tiempo los especialistas en arqueología bíblica confirmaron que evidentemente existía una ciudad anterior a la conocida Babilonia aproximadamente en el año 2242 a.C que podría tratarse de la Babel en cuestión, en el transcurso de un evento de rebelión contra Dios por parte de los descendientes de Noé .
Otra pregunta a responder es que motivó la construcción de esa torre.
Josefo, un famoso historiador, detalló que los motivos por las que Nimrod construyó la Torre, fueron para poder sobrevivir a un futuro castigo divino, esto es un diluvio, y precisamente con una construcción alta, la humanidad podría salvarse.
Pero tengamos en cuenta las palabras de este historiador en su obra “Antiguedades”
Flavio Josefo de las antigüedades de los judíos. Acerca de la Torre de Babel y la confusión de Lenguas.
1. Ahora bien, los hijos de Noé fueron tres, Sem, Jafet y Cam, nacidos cien años antes del diluvio. 2 Estos primero descendieron de las montañas a la llanura, y fijaron allí su habitación; y persuadió a otros, que tenían mucho miedo de las tierras bajas a causa de la inundación, y por lo tanto eran muy reacios a bajar de los lugares más altos, a aventurarse a seguir sus ejemplos. Ahora bien, la llanura en la que habitaron primero se llamaba Sinar. También les mandó Dios que enviaran colonias fuera, para el poblamiento completo de la tierra; para que no susciten sediciones entre ellos, sino que cultiven una gran parte de la tierra y disfruten de sus frutos de manera abundante. Pero estaban tan mal instruidos, que no obedecieron a Dios. Por lo cual cayeron en calamidades, y se hicieron sensibles por la experiencia del pecado del que habían sido culpables. Porque cuando florecieron con una juventud numerosa, Dios les amonestó de nuevo para que enviaran colonias. Pero ellos, imaginando que la prosperidad que disfrutaban no se derivaba del favor de Dios, sino que suponiendo que su propio poder era la causa propia de la condición de abundancia en que se encontraban, no le obedecieron. Es más, añadieron a esto su desobediencia a la voluntad divina, la sospecha de que, por lo tanto, se les ordenó enviar colonias separadas, para que, al estar divididas, pudieran ser oprimidas con mayor facilidad.
2. Ahora bien, fue Nimrod quien los excitó a tal afrenta y desprecio de Dios. Este era el nieto de Cam, el hijo de Noé: un hombre valiente y de gran fuerza de mano. Los persuadió de no atribuirlo a Dios, como si fuera por medio de él que fueran felices; sino creer que fue su propio coraje el que procuró esa felicidad. También transformó gradualmente el gobierno en tiranía; no viendo otra manera de apartar a los hombres del temor de Dios, sino llevarlos a una constante dependencia de su propio poder. También dijo: “Él se vengaría de Dios, si tuviera la intención de ahogar el mundo de nuevo: por eso construiría una Torre demasiado alta para que las aguas puedan alcanzarla; y que se vengaría de Dios por destruir a sus antepasados.”
3- Ahora bien, la multitud estaba muy dispuesta a seguir la determinación de Nimrod, y a considerar como una cobardía el someterse a Dios: y construyeron una Torre; sin escatimar esfuerzos, ni ser en ningún grado negligente en el trabajo. Y, a causa de la multitud de manos empleadas en él, creció muy alto, antes de lo que nadie podía esperar. Pero su grosor era tan grande, y estaba tan sólidamente construido, que por eso su gran altura parecía, a la vista, ser menor de lo que realmente era. Fue construido de ladrillo cocido, cementado con mortero, hecho de betún; que no sea susceptible de admitir agua. Cuando Dios vio que actuaban tan locamente, no resolvió destruirlos por completo; ya que no se hicieron más sabios por la destrucción de los primeros pecadores: pero él causó tumulto entre ellos, produciendo en ellos diversas lenguas; y haciendo, que por la multitud de esos lenguajes, no se pudieran entender unos a otros. El lugar donde construyeron la Torre ahora se llama Babilonia: a causa de la confusión de ese idioma que antes entendían fácilmente: porque los hebreos quieren decir con la palabra Babel, Confusión. La Sibila también hace mención de esta torre, (21) y de la confusión de la lengua cuando dice así: “Cuando todos los hombres eran de una sola lengua, algunos de ellos construyeron una torre alta, como si con ella subieran al cielo . Pero los Dioses enviaron tormentas de viento, y derribaron la torre, y dieron a cada uno su lenguaje peculiar. Y por esta razón fue que la ciudad se llamó Babilonia.” Pero en cuanto al plan de Shinar, en el país de Babilonia, lo menciona Hestiæus, cuando dice así: “Aquellos de los Sacerdotes que se salvaron tomaron los vasos sagrados de Júpiter Enyalius, y vinieron a Shinar de Babilonia.
Evidentemente hay varias pruebas que demuestran la existencia de dicho suceso, sin embargo solo resta conocer la motivación de los hombres para crear esta torre. En resumen, solo algunos datos mencionados, podemos certificar que intentaban acceder al cielo, reemplazar a Jehová por los dioses babilonios, o simplemente querían estar resguardados de un futuro juicio divino.